sábado, 24 de mayo de 2008

Andando...



Andando, es hora de mirar las calles y el cielo de esta ciudad, OH, una escuela, edificio muy parecido a una cárcel, un hospital, pero tu y yo descubrimos otra, sin construcciones, sin autoridades, sin maestros y sin alumnos… que hermosa la casa de los vientos cuando ellos vacían los lugares, desaprenden, conforman nuevos caminos, partiendo en peregrinación directa hacia la vida sin esperar nada. En ese lugar no localizable sólo el corazón intuye quien será el próximo discípulo y el discípulo entenderá que esta invitado a vivir sin maestro, para poder transmitir aquello que su amigo con el compartió, si juntáramos aquellos iniciadores con quienes comparten y con los siguientes en tropezar, llenaríamos mares incontables; pero no, no hay que llenar nada, no hay que juntar nada, cada uno abrirá su mochila para que entren las manos desconocidas y tomen lo que necesiten.

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