viernes, 14 de noviembre de 2008

CERVEZA Y TÚ


Calle abajo camino despacio para pensar en ti, para meditar miserias del ego, para observar las nubes en movimiento involuntario, tropiezo y de nuevo tú en mis pensamientos. Esta esquina triunfa sobre mis recuerdos de ti, me obliga a mirar de lado a lado y no pensar sino esquivar al motorizado en su frenesí, atacando furioso a su historia metaforizada en el acelerador. Ya Salí de la esquina y tu reflejada en la luna de las 5:30pm. Hermosa, clara, prometiendo iluminar la noche de estos días, por fin puedo sentarme en la tasca, saludar al camarero y al bartender, la mesita desgastada, aún con la marca de las colillas del otro día, cuando me emborraché con alcohol, porque tu aliento ya casi no me embriagaba, que tiempo éste cuando me maltratas, no crees en mi, me haces malas caras, pero en el reflejo de la botella ámbar, miro los ojos de aquella joven a la espera frente a la ventana de mi claustro, en el frío de este líquido siento los días de lluvia de mayo bajo la arboleda de nuestra avenida. Termino la cerveza sin número, la música es ahora un ruido extraño, frente a mi, otros cuerpos que no me interesan, el rincón de la barra me recuerda el refugio urbano, en el tercer piso, con sus escaleras cómplices y ascensores falsamente dañados. Ahora si ya estoy en el culmen de mi borrachera, inconciente y tú allí, mirándome desde adentro, no son elefantes rosa, eres tu mi alucinación preferida e involuntaria… camino, pienso, creo pensar, las luces fastidian

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